octubre 22, 2010

Segundo capitulo de Torment - 1era Parte


Fuente: Todo sobrenatural

Esta No es la traducción OFICIAL!!!


Hola, como ya sabemos el prólogo y el primer capítulo de Torment ya fueron leídos por muchos y nos quedamos con el deseo de saber qué es lo que pasara, bueno aquí les traigo la primera parte del Capitulo nº 2 llamado Diecisiete Dias.
Por foros fanmade.


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Diecisiete días
Thwap.
Luce hizo una mueca y se frotó la cara. Su nariz picaba.
Thwap. Thwap.
Ahora era en los pómulos. Sus párpados derivaban abiertos y, casi inmediatamente, ella arrugó su cara de sorpresa. Una joven limpiadora regordeta y rubia, con la boca sombríamente marcada y las cejas pobladas estaba inclinada sobre ella. Su pelo estaba apilado desordenadamente en la parte superior de su cabeza. Llevaba unos pantalones de yoga y un top cruzado de camuflaje que hacía juego con sus ojos color verde avellana con manchas.
Ella llevaba una pelota de ping-pong entre sus dedos, a punto de tirarla.
Luce se revolvió hacia atrás en su ropa de cama y se cubrió la cara. Su corazón ya herido por la ausencia de Daniel. No necesitaba más dolor. Ella miró, todavía tratando de recuperar su cojín, y recordado que la cama se había derrumbado de manera indiscriminada en la noche anterior.
La mujer de blanco que había aparecido en la estela de Daniel se había presentado como Francesca, una de los profesores en Shoreline. Incluso en su aturdido estupor, Luce di cuenta de que la mujer era hermosa.


Ella se encontraba en sus medianos años treinta, con el pelo rubio cepillando los hombros, los pómulos redondos, y las características grandes y suaves.
Angel, Luce decidió casi al instante.


Francesca no hizo ninguna pregunta sobre la forma de sala de Luce. Ella debe haber estado esperando que bajara la pasada noche, y ella debió sentir el agotamiento total de Luce.
Ahora bien, esta desconocida que había arrojado a Luce de nuevo en la conciencia parecía a punto de tirar otra bola.
–Bien –dijo ella con voz ronca–. Estás despierta.
–¿Quién eres? –Preguntó Luce soñolienta.
–Quién eres tú, es más bien. Aparte de la extraña que encuentro en cuclillas en mi habitación cuándo despierto. Otro como la niña que interrumpe mi mantra por la mañana con sus extraños y personales balbuceos en sueños. Soy Shelby. Enchantée.


No es un ángel, supone Luce. Sólo una chica Californiana con un fuerte sentido del derecho.
Luce se sentó en la cama y miró a su alrededor. La habitación era un poco estrecha, pero estaba muy bien designada, con pisos de madera de color claro, una chimenea, un horno de microondas, dos profundos escritorios, libreros amplios y empotrados que hacía las veces una escalera a lo que ahora Luce se dio cuenta que era la litera de arriba.


Ella podía ver un cuarto de baño privado a través de una puerta corredera de madera. Y ella tuvo que parpadear algunas veces para estar segura… una vista al mar por la ventana. Nada mal para un chica que había pasado el último mes mirando hacia un viejo cementerio en una habitación más adecuada para un hospital que una escuela. Pero entonces, al menos ese viejo cementerio y ese cuarto habían querido decir que estaba con Daniel. Ella había comenzado apenas conseguir sentirse cómoda en Sword & Cross. Y ahora estaba de vuelta a empezar de cero.


–Francesca no mencionó nada acerca de que yo tuviera una compañera de piso. –Luce supo al instante por la expresión del rostro Shelby que esta era la Cosa errónea que decir.
Así que en su lugar tomó una rápida ojeada a la decoración de Shelby. Luce nunca había confiado en sus propios instintos en diseño de interiores, o tal vez ella nunca había tenido la oportunidad de disfrutarlo. No había pegado alrededor de Sword & Cross lo suficiente como para hacer mucho la decoración, pero incluso antes de eso, en el cuarto que había tenido en Dover había tenido los muros blancos y vacíos. Estéril chic, había dicho Callie una vez.


Esta habitación, por otro lado… tenía -había algo que le era extraño... maravilloso. Variedades de plantas que nunca había visto antes se alineaban en macetas en la ventana; banderas de oración se encadenan a través del techo. Una colcha de retazos de colores apagados se deslizaba fuera de la litera de arriba, la mitad obstruyendo la vista de Luce de un calendario astrológico grabado sobre el espejo.
–¿Qué creías? Que ellos iban a limpiar el cuarto del decano sólo porque eres Lucinda Price?
–Um, ¿no? –Luce sacudió la cabeza–. Eso no es en absoluto lo que quería decir. Espera, ¿cómo sabes mi nombre?
–¿Así eres Lucinda Price? –la muchacha de los ojos verdes-moteado parecía fijarse en el pijama gris y andrajoso de Luce.
–Soy afortunada.
Luce enmudeció.
–Lo siento. –Exhaló Shelby y ajustó su tono, estacionándose a sí misma en el borde de la cama de Luce–. Soy hija única. León… es mi terapeuta… él está tratando de hacerme a ser menos severa cuando me encuentro por primera vez a la gente.
–¿Está funcionando? –Luce también era hija única, pero ella no era desagradable con todo extranjero con el que entraba en contacto.
–Lo que quiero decir es... –Shelby se movió incómoda–. No estoy acostumbrado a compartir. ¿Podemos…?, –se golpeó la cabeza– …rebobinar?
–Eso estaría bien.
–Está bien. –Shelby tomó una respiración profunda–. Frankie no te mencionó que tenías un compañero de habitación la última noche porque entonces ella lo hubiera notificado… o, si ya se había dado cuenta, darse cuenta… que no estaba en la cama cuando llegaste. Vine a través de esa ventana… –señaló– …en torno a las tres.


Por la ventana, Luce podía ver una gran conexión con una porción en ángulo de la cubierta. Se imaginó a Shelby lanzándose a través de una red completa de las repisas en el techo para volver aquí a mitad de la noche.


Shelby hizo un show de bostezos. –Mira, cuando se trata de los niños Nefilim en Shoreline, la única cosa con la que los profesores son estrictos es con el pretexto de la disciplina. La disciplina en sí misma no hace tanto que existe.


Aunque, por supuesto, Frankie no va a advertírselo a la chica nueva. Especialmente no a Lucinda Price.
Ahí estaba de nuevo. El borde en la voz de Shelby cuando dijo el nombre de Luce. Luce quería saber que significaba eso. ¿Y donde había estado Shelby hasta las tres? ¿Como había entrado por la ventana en la oscuridad sin golpear cualquiera de las plantas de abajo? ¿Y quienes eran los niños Nefilim?

Luce tenía repentinos recuerdos vivo de la jungla de gimnasio mental a través de la que Arriane la había llevado cuando se conocieron.

el escabroso exterior de la zona de su compañera de cuerto (N. T. aqui luce se refiere al lado de la habitacion que le pertenece a Shelby) se parecia mucho al de Arianne, y Luce recordó una similar manera de-se-que-yo-nunca-seré-tu-amigo en su primer día en Sword & Cross.

Pero aunque Arriane parecía intimidante e incluso un poco peligrosa, había algo encantador desconcertantemente en ella desde el principio. La nueva compañera de Luce, por el contrario, parecía molesta.

Shelby se levantó de la cama y pesadamente entró al baño para lavarse los dientes. Después de buscar a través de su bolso para buscar su cepillo de dientes, Luce siguió y señaló tímidamente la pasta de dientes.

—Me olvidé la mía.

—Sin duda, el resplandor de tu celebridad se cegó a las necesidades pequeñas de la vida —diji Shelby, pero ella levantó el tubo y lo extendió hacia Luce.

Ellas se cepillaron en silencio durante unos diez segundos, hasta que Luce no podía soportarlo mas. Ella escupió una bocanada de espuma.

—¿Shelby?

Con la cabeza en el vientre del lavabo de porcelana, Shelvy escupió y dijo:

—¿Qué?

En lugar de hacer cualquiera de las preguntas que habían estado corriendo por su cabeza un minuto antes, Luce se sorprendió y preguntó:

—¿Qué estaba diciendo en mi sueño?

Esta mañana era la primera en al menos un mes, de vividos y complicados sueños sobre Daniel acosado, en que Luce había despertado incapaz de recordar una sola cosa de su sueño.

Nada. Ni un solo roce de un ala de ángel. Ni un beso de sus labios. Ella miró a la cara áspera de Shelby en el espejo. Luce necesitaba a la chica para ayudarla a remover su memoria. Ella debe haber estado soñando con Daniel. Si no lo hubiera hecho… ¿Qué podría significar?

—Ni idea —dijo Shelby finalmente—. Fueron apagados e incoherentes. La próxima vez, trata de enunciar.

Ella salió del baño y se puso un par de sandalias de color naranja.

—Es la hora del desayuno, ¿vienes o que?

Luce se escurrió fuera del baño.

—¿Qué me pongo?

Ella todavía estaba en pijama. Francesca no había dicho nada anoche sobre el código de vestimenta. Pero entonces, ella tampoco había mencionado nada sobre la situación de su compañera de habitación.

Shelby se encogió de hombros.

—¿Qué soy yo? ¿La policía de la moda? Lo que lleve menos tiempo. Estoy hambrienta.

Luce se puso un par de Jeans ajustados y un jersey negros envolvente. Le habría gustado pasar unos minutos más con su aspecto el primer día de escuela, pero ella agarró su mochila y siguió a Shelby hacia la puerta.

El pasillo era diferente a la luz del día. En todas partes se veían las ventanas brillantes, de gran tamaño con vistas al mar, o librerías repletas de gruesos libros, con tapas duras de colores. Los pisos, las paredes, los techos empotrados y empinados, curvas escaleras de la misma madera de arce utilizada para construir los muebles de dentro de la habitación de Luce. Deberían haber dado a aquel lugar la sensación de una cálida cabaña de troncos, salvo que el diseño de la escuela era tan intricado y extravagante como los dormitorios de Sword & Cross habían sido de aburridos y sencillos.

Cada pocos pasos, el pasillo parecía que se separaba en afluentes pasillos pequeños, con escaleras de caracol llevándote mas al laberinto con poca luz. Dos tramos de escaleras y lo que parecía una puerta secreta después, Luce y Shelby pasaron a través de un conjunto de ventanales de doble cristal hacia la luz del día. El sol era muy brillante, pero el aire era bastante fresco, por lo que Luce se alegró de haberse puesto un suéter. Olía como el océano, pero no era realmente como en casa. Menos salada, mas calcáreo que la orilla de la Costa Este.

Gentileza de Purple Rose

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